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viernes, 8 de abril de 2022

Volviendo del torneo de Atalaya Vigía

Muy buenas, al habla el Niño Borracho. Cada vez que vuelvo de un torneo de Warhammer Reforged me entran ganas de hacer un artículo sobre la experiencia, y aunque la fortuna ha querido que pueda ponerme a la labor con rapidez lo hago algo más calmado tras un fin de semana que yo catalogaría como “emocionante”. Por ello voy a dividir el artículo partes: experiencias sobre las partidas, impresiones sobre el fin de semana en general, reflexiones varias y al final todas las fotografías que he podido recopilar.

Aviso desde ya que lista de ejército de La Asamblea a 2000 puntos que llevé al torneo (la cual podéis ver aquí junto con las del resto los participantes) fue una lista muy marciana para tratarse de Halflings. Un “problema” que tengo es que no me gusta repetir listas, y que a los encuentros y torneos me gusta llevar todo mi ejército pintado. Llevaba sin jugar con los Halflings desde el último torneo en el Orco Rojo de Valladolid y no me apetecía repetir la misma lista, pero el problema es que todavía no tengo pintadas algunas de las unidades que más vidilla le dan a las partidas (Patrulla Sylvana, Leñadores, Hombre árbol...). Dado que dos de los tres escenarios solo podían acabar en muerte o botellón, el resultado de las tres partidas fueron dos masacres en mi contra y un empate en la batalla campal. Pese a eso mis impresiones fueron satisfactorias aunque sea difícil de entender. Y quedé muy satisfecho con mi general, el cual demostró ser competente en todo momento.




La primera partida tuvo lugar contra quien resultó ser el campeón del torneo, en el escenario Sangre y Gloria -un escenario duro como pocos- contra Hombres Lagarto -que no son mancos-. Ya desde su fase de movimiento me demostró que sabía posicionarse perfectamente y no se cortó en atacar aquellas unidades que sabía bien el daño le podían causar, por lo que ya en el primer turno me tuve que despedir de mi Tanque sopero y de la mitad de mi unidad de arqueros. Tras eso el resto de la partida fue cuesta arriba, el cocinero me sirvió para dispersar un hechizo solamente, y aunque logré rascarle varias heridas a sus dinosaurios a disparos llegó un punto en el que me era imposible llegar a alcanzar su punto de ruptura y concedí la partida. Pese a que mi oponente fuese camino de ganarme abrumadoramente, no me llevo una sensación amarga por ello; supo aprovechar bien sus opciones además de moverse muy bien sobre el terreno que nos tocó y luchó con honor.

Sobre la segunda partida podría decir que perdí en el despliegue; mi oponente jugaba Guerreros del Caos y tocaba el escenario de la Atalaya, ganó la tirada de despliegue y puso en la torre una unidad de guerreros de Nurgle que me fue imposible desalojar. Pero la batalla alrededor de la atalaya fue diferente, pues logré mantener bastante a raya a su ejército y más o menos pude controlar al resto de sus tropas (supongo que la suerte que me faltó con los dados en la anterior batalla me acompañó en ésta). Su general, un Príncipe Demonio alado, fue a impedir que mi Gran Capitán volviera a matar uno solo de sus guerreros y lo mantuvo ocupado hasta que llegó el final de la partida. De nuevo una derrota, pero me divertí mucho durante la batalla.


Mi general Halfling aguantó el ataque de un príncipe demonio, ¡y le hizo una herida!

La tercera partida fue una Batalla campal contra la Costa del Vampiro (una alegría enfrentarme a un ejército que has ayudado a hacer). Pese a tratarse de un ejército que tiene muchas opciones disparo mi oponente no abusó de ellas; en ese sentido podría decirse que mi ejército y el suyo eran parecidos. Al poco de comenzar noté que era bastante novato en algunas cosas y a lo tonto la batalla de un torneo se convirtió en una partida de aprendizaje. Admitió que no llevaba jugadas ni diez partidas pero que le había gustado mucho el ejército. A mí ya con eso me ganó, pero tampoco quería jugar mal a propósito así que me limité a procurar hacer divertida la batalla al tiempo que le dejaba cometer sus propios errores (porque al final es como mejor se aprende). El resultado fue divertido para ambos, así que ni contamos los puntos y acordamos el empate.

Llega el momento de hablar de mis experiencias en general. Para empezar, decir que la gente del club Atalaya Vigía de Zaragoza se han portado de forma maravillosa en todo momento y que han logrado organizar un evento con unos premios a la participación para alucinar. Nosotros venimos de una asociación y ciudad más pequeñas y me pareció un club muy bien organizado y que sabe moverse para tener a gusto a sus socios. En una escala del uno al diez, le daría un “p'a flipar”. Aparte de que la propia gente que lo puebla se encarga de hacer que el sitio merezca la pena, con gustos muy diversos pero que siempre busca mantener un buen ambiente y disfrutar de sus juegos favoritos. ¡Y con cerveza, y torreznos! Mi corazón Halfling no pudo pedir más. Además me quité la espinita de conocer en persona a muchos -aunque no a todos- de los miembros que más caña le han dado a Reforged en redes en todos estos años. Le doy las gracias a la Asociación Atalaya Vigía de Zaragoza por la labor que realizan, y también a Gonart Studio por haber donado varios bustos como premios para el torneo.



En lo que respecta a los participantes, bueno, sería justo pensar que mi percepción pueda estar sesgada porque cuando vas a un encuentro y todos te acaban reconociendo como “uno de los jefazos” cuesta bien poco echar a andar una conversación sobre cualquier cosa. Aunque la comunidad sabe que solemos estar atentos a todo lo que se comenta sobre el reglamento y los ejércitos por los grupos de Facebook, Whatsapp y Telegram, cuando hablas con la gente en persona se siente muy distinto. Está guay ver que por lo general, aunque siempre hay alguna cosilla que siempre preferirían que fuese de otra forma, les encanta la labor que se ha realizado con los ejércitos que juegan y con aquellos a los que se enfrentan. Y algo que siempre ocurre en estos casos es que a Yibrael o a mí se nos acaba escapando algún que otro spoiler de lo que está por venir este año... No es algo que acostumbramos a hacer, pero tampoco tenemos todos los días la oportunidad de reunirnos en persona con la gente, formando verdadera parte de la comunidad.

 


Algo que me encanta tanto como ir a jugar son los ratos que puedo pasar entre extraños frikeando sobre nuestro hobby favorito. Al final quiero buscar un momento para charlar y conocer a cada uno de ellos, y siempre me sabe a poco. Pero agradezco esa naturalidad con la que hablamos del juego en sí; las charlas sobre las cosas que más les llama la atención del juego, las inevitables comparaciones con el resto de ediciones oficiales, que la campaña de End of Times era un tremendo “what if...”, coincidimos en que a todos nos gustaba que nuestros ejércitos se sintieran con oportunidades de enfrentarse a lo que fuera, aunque al final las batallas que más recordamos son aquellas en las que ocurren cosas épicas (con la consecuente ronda de momentos alucinantes vividos en una partida)...


Y fue muy bonito estar comiendo junto a jugadores que empezamos a jugar en cada una de las diversas épocas de Warhammer Fantasy, y me refiero desde gente que empezó en cada una de sus ediciones desde que el juego llegó a nuestro país hasta aquellos que habían empezado con Reforged una vez el juego había sido descontinuado, cada cual con su bagaje y visión propias. Además alienta ver que hay un relevo generacional presente (en el frikismo en general y en Fantasy en particular) porque varios de ellos apenas rondaban los veinte años y me alegré de ver que disfrutaban de un “hobby de nicho” con la misma pasión que otros jugadores que tenemos casi tantos años como el propio juego (o más). Si hay algo que teníamos todos en común es que ese día disfrutamos como niños.

Apartir de aquí se avecinan reflexiones varias. En el viaje de vuelta con Yibrael, íbamos comentando éstas y otras cosas relacionadas con el mundillo, las pretensiones del proyecto, el trabajo que va a suponer la revisar todos los ejércitos para la V4... y parece que vamos a tener muchas cosas que hacer durante mucho tiempo, más de las que pensaba. Hablando sobre la comunidad, vemos que ha merecido la pena el esfuerzo invertido en todos los sentidos: sobre el sistema y ejércitos, y sobre las consecuencias de “resultar desagradables” para muchos.


Me refiero a que Reforged nació para mantener Fantasy activo tras su descontinuación y para mandar un mensaje a la comunidad, pues tal como lo pude ver en 2015 era la oportunidad de volver a recordar la filosofía de juego dentro del sistema. Era el momento de librarse de los estigmas del pasado y significaba ganarnos el desprecio de mucha gente, pero viendo lo que se ha logrado con la comunidad de Reforged volvería a pasar por todos los bajones de ánimos otra vez sin dudarlo. Y es que el tiempo parece habernos dado la razón, como al Heavy Metal. Al final lo que permea en la comunidad son las ganas de pasarlo bien compartiendo un hobby, y los diplomas “al más perro de la guerra” parecen no ser necesarios. Así que aprovecho para recordarle al respetable que si promulgas con el espíritu de LA REGLA MÁS IMPORTANTE te daré la mano juegues a lo que juegues, pero si demuestras ser gilipollas haré lo que pueda por hacer que Reforged no te guste; la comunidad hará el resto.


Y para terminar, ¡metralleta de fotografías de los ejércitos, las rondas y entrega de premios!

EJÉRCITOS



















RONDA 1


























































RONDA 2




































































RONDA 3




























ENTREGA DE PREMIOS